Cómo montar una tienda de cómics y no morir en el intento

Si alguno de vosotros comparte una vieja ilusión mía de montar una tienda de cómics pero aún no se le ha pasado el arroz como a mí y lo tiene entre sus planes de futuro, quizás encuentre interesante este artículo aparecido ayer en el suplemento Expansión y Empleo de El Mundo.

Superhéroes como Spiderman, la reedición de Esther y su mundo, el clásico Astérix y, por supuesto, todo el manga -vocablo japonés para designar las historietas- que busque.

Atom Comics es, como indica su nombre, una pequeña tienda de venta de cómics ubicada en un céntrico barrio de Madrid y fundada en abril de 2005 por tres jóvenes emprededores: Daniel Aubareda, su hermana Ana y Simón Rey.

El primero de ellos era un estudiante de Economía que devoraba viñetas desde pequeño, razón por la que empezó a investigar este mercado. Junto a su hermana y su amigo Rey y con una inversión de 30.000 euros, decidieron iniciar la aventura a pesar de la competencia de las grandes superficies: "Si abres un pequeño negocio con una inversión baja y no haces algo diferente, lo más probable es que te vaya mal", afirma Rey.

La ventaja de ser una tienda especializada es que "el cliente no sólo viene a comprar, sino también a asesorarse". Atom Comics organiza torneos de juegos de rol con premios exclusivos. En su página web se publican reseñas, una agenda de actividades y se envía una newsletter a los socios con las novedades. En el establecimiento también puede encontrarse merchandising y figuras de superhéroes: "Hay mucho fetichismo. Si a alguien le gusta leer Spiderman, también quiere el muñeco", concluye Rey.



El establecimiento está dividido en dos categorías, manga y superhéroes, y entran clientes de todas las edades, en su mayoría fanáticos de algún personaje o serie. "Hay muchos que compran más rápido de lo que leen. Si se enteran de la publicación de alguna novedad, vienen a por ella porque las tiradas de los cómics son más limitadas que las de los libros debido a que su producción es más cara", explica Rey. Además pueden hacerse socios, "con la ventaja de tener un cinco por ciento de descuento y no tener que pagar fianza en las reservas". El mayor volumen de ventas -la empresa facturó 90.000 euros en 2006- procede del manga, "especialmente el destinado a chicas".

Rey asegura que se trata de un negocio no carente de riesgos: "Exige tener mucho stock y también multitud de números atrasados. Lo más difícil es realizar los pedidos, nunca sabes lo que el cliente va a solicitar así que nos basamos en la intuición".

Aunque el sector experimentó un pequeño bache hace unos años, ahora está en pleno auge. Sin embargo, sigue siendo un mercado menos desarrollado en España que en el resto de Europa y sin apenas publicidad en los medios: ''Aquí se considera infantil o freaky al lector de cómics, pero en países como Bélgica se venden igual que los libros", asegura Rey.