A pesar de lo bueno que hayan podido hacer en el pasado, tanto
Rob Liefeld como
Luis Aragonés han llegado a un momento de sus carreras en el que, como al pastor del cuento, ya nadie les toma en serio en sus respectivas profesiones y acabarán siendo devorados por sus "guiñoles". Además, toda su frustración interior la proyectan hacia alguien de su entorno más talentoso y de mayor prestigio.
Pocos días antes de la victoria de España ante la "potente" Dinamarca, el seleccionador español quedaba retratado en su animadversión hacia
Raúl en unas declaraciones tomadas con una "
cámara oculta no oculta".
¿Pero la selección española ha pasado muchas veces de cuartos (u octavos) sin el siete? La perogrullada escupida por la boca del
Zapatones sólo merecería una respuesta a su altura, y que mejor que una frase célebre del propio interfecto.
Máteme usted pero no mienta.
Algo así se lo podía haber aplicado el "enfant terrible"
Liefeld antes de decir lo siguiente sobre
Alan Moore en
una entrevista que podéis leer
aquí traducida al castellano.
Si has hecho negocios con Alan, tienes una opinión distinta de Alan. Se vende a sí mismo como un poeta, pero es simplemente un despiadado hombre de negocios, como todo el mundo, seguía queriendo más trabajo porque quería cobrar. Jeph Loeb te lo puede decir.
Lo suelta como si fuera incompatible ser el mejor en lo que haces (me refiero obviamente a
Moore y no a
Rob) con no aspirar a trabajar "por la patilla". Pero las descalificaciones no se limitan sólo a lo profesional (
¿de verdad ha hecho algún trabajo [en los últimos años] que sea comparable con Watchmen, Supreme o La Cosa del Pantano?) sino también a lo personal.
Y si toda la chorrada esa de la magia es real, ¿por qué no entró en el reino de los sueños antes de escribir Watchmen para ver el futuro éxito que iba a conseguir y decidir quedarse con todos los derechos?
Pero cómo decía en la introducción, la reputación de este dibujante "a tiempo parcial" (lo digo por la frecuencia de sus cómics) está bajo mínimos y los palos que se está llevando son muchos y
alguno directo a la yugular.
Pagaste a Moore para que escribiese tu basura y la convirtió en otra cosa. (...) Él es un artista. Tú eres un tío que tuvo suerte, ganó un montón de dinero, y nadie te puede quitar eso. Consideraba tu trabajo divertido cuando tenía 13 años. Mucha energía. (...) No has crecido un ápice como artista y por lo que parece tampoco como persona en 20 putos años.
Yo cada vez que leo algo relacionado con
Lifeld no puedo evitar que me venga a la memoria el número especial de
Lobo más salvaje de los muchos que se publicaron en la época omnipresente de este personaje. Y lo de salvaje no lo digo por el número de miembros despedazados que aparece por viñeta sino por la ácida parodia dedicada a la industria del cómic yanqui cortesía de
Keith Giffen,
Alan Grant y
Kevin O'Neill.
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¡Es Rob! |
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¡Tengo la mano con la que dibuja |
¡Tengo el pie con el que escribe! |
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¡Tengo su ego! ¡Echadme una mano! |
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